2º BASE ZERO
Sinopsis:
Sam.
Cuando llegaron los monstruos, perdí toda esperanza.
Ninguno de nosotros esperaba recibir ayuda.
Que seríamos salvados...
Y esa ayuda vendría de una fuente muy poco probable.
Los Vullan son enormes. Asustan.
Parecen demonios... sin embargo, nos salvaron.
Me salvaron.
Pero la lucha aún no ha terminado. Nos siguen invadiendo.
Destruyendo.
Tengo que centrarme en sobrevivir y ayudar a los Vullan a salvar mi Planeta... mi raza.
No hay espacio para ningún otro pensamiento.
Entonces, ¿por qué los ojos de cierto demonio atraen mi mirada?
¿Y por qué su atención no me hace querer huir?
Ga'var.
La pequeña hembra es tenaz, pero eso no borra el hecho de que es... pequeña.
Más pequeña que las otras.
Demasiado pequeña para la unión. Sólo eso debería disuadirme.
Sin embargo, llama mi atención.
Y cuando me saca esa pequeña lengua rosada, sé que no puedo parar las ruedas que ha puesto en movimiento.
Le guste o no, la deseo aunque no deba tenerla.
Cuando el azote que ha invadido su Planeta viene a por ella, mi decisión es fácil.
No tomarán lo que es mío.
3º CATACLYSM
Sinopsis:
Deja.
Estoy corriendo otra vez. Corriendo. Corriendo.
El peligro que me acecha es lo único que me anima, porque mi cuerpo no tardará en rendirse.
Porque me estoy muriendo y el mundo se acaba.
Puede que no lo consiga.
Y cuando un demonio aparece ante mí, sé que se me ha acabado el tiempo.
No voy a caer sin luchar.
Pero nadie me advirtió que los demonios no sólo devoran tu alma... a veces... también consumen tu corazón.
Fi'rox.
Ninguna compañera ha sido destinada para mí, y me digo que no lo necesito.
Mientras miro fijamente en la oscuridad, las imágenes de la caída de Edooria se repiten en mi mente.
Por eso estoy aquí.
No protegí a mi familia. Mi hogar.
Lo vi caer a todos.
Y mi castigo es hacer todo lo que pueda, incluso si eso significa renunciar a mi vida, para hacer que el Gryken pague.
El placer de una hembra... una compañera... está fuera de mis límites hasta que sirva a mi sleekt y cumpla esta tarea.
Pero Dey’jah...
Me llama. Ninguna otra hembra se ha atrevido a acercarse tanto como ella, y ahora que la he tocado, no quiero dejarla marchar.
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